La adolescencia es una época de cambios. No solo de transformación física, sino también de metamorfosis emocional, psicológica e incluso social.
Para los padres es el tiempo en que se pone a prueba su capacidad de ser buenos educadores y un tiempo que puede llegar a convertirse en una pesadilla si no logra dar con la tecla para entender qué está pasando por la cabeza de ese niño que ha dejado de serlo y ahora siempre tiene un no en la boca, que cambia de carácter de la mañana a la tarde, está siempre con los amigos o encerrado en su cuarto con la música a todo volumen, un piercing en la nariz y vestido de negro gótico de la cabeza a los pies.
Adolescentes, manual de instrucciones es una obra de Fernando Alberca de Castro en la que el autor tratar de orientar a los padres que se enfrentan ante el formidable reto de sobrellevar la adolescencia de sus hijos.
Para ello propone que dejemos el palo y solo nos centremos más en la zanahoria.
La gallina no se acuerda cuando era huevo
A lo mejor nuestro caso es que tenemos un hijo adolescente que es bastante borde, que deja la ropa sucia tirada por cualquier parte, te habla como si fueses idiota y le resbala todo lo que le digas, está vacunado contra tus castigos y nada de lo que haces para mantenerle a raya parece dar resultado.
Pues ese bicho raro que no da un palo al agua y acaba con todas las provisiones de la nevera eres tú hace veinticinco o treinta años atrás, pero ya no te acuerdas.
Como dice el aforismo italiano, el padre ya no recuerda que bajo esa capa gruesa de progenitor hay un rebelde sin causa que en la adolescencia se escapaba para irse de fiesta, perdió el interés por los libros y montó una banda de heavy metal en el garaje de su viejo.
Necesidades de un hijo en esta etapa complicada
En su obra, Fernando Alberca pretende dar unas orientaciones pedagógicas para que los padres afronten la relación con su hijo adolescente de una forma más pragmática, dejando atrás esquemas preconcebidos y sugiriendo métodos para acercarse al hijo desde la empatía, la comprensión por los puntos de vista del adolescente e interesándose por las inquietudes que le preocupan o por los problemas que le agobian.
Para el autor, los padres deben saber qué piensan y cómo se sienten sus hijos adolescentes.
Por qué se comportan de esa manera rebelde y cuál es la respuesta que deben dar los padres ante esas situaciones.
Hay ocasiones en que la autoestima del hijo adolescente está herida, que se siente menos que otros, que tienen miedo a no poder afrontar los desafíos que se le presentan y que todos los esfuerzos que hagan creen que terminarán en fracaso. Aquí los padres deben estar al lado de sus hijos tratando de animarlos cuando estén en el esfuerzo, consolarlos cuando fallen y de hacerles entender que siguen siendo las personas más valiosas para sus padres, al margen de los resultados que logren.
Cómo ayudarle a encontrar su camino
La respuesta más común, lo primero que le pide el cuerpo a un padre cuando el hijo adorable de la infancia se ha vuelto un muchacho quisquilloso que todo lo discute es de ponerse a dar gritos, suspenderle la paga o esconderle el móvil.
Pero quizá es mejor estrategia ponerse a negociar en lugar de discutir. Tratar de llegar a un quid pro quo o yo te doy si tú me compensas, conversar hasta negociar una solución que convengan tanto a padres como a hijos.
Otra técnica que debemos entender es la de ponerle ante el espejo de sus propias actitudes. Hacerle ver las consecuencias que ha tenido el salir dando un portazo o negándose a estudiar, de qué le ha servido y si el de ponerse como una fiera le ha hecho sentirse mejor.
Pero ponte también en su lugar y busca solo lo que es más adecuado para él, sin imposiciones sino dando la opción para que aprenda a elegir siempre lo que sea más adecuado.
Pensamientos y ambiciones de un hijo adolescente
La adolescencia es un tiempo de crisis y de cambios en la vida de los hijos. Es una época en que los chicos lo cuestionan todo, desde la educación recibida a las normas que deben seguir en casa.
Estas reglas en muchas ocasiones los adolescentes las ven como cadenas que les impiden ser libres e independientes, y por eso las rechazan, las transgreden y se comportan como si siempre estuvieran retando a padres y profesores a los que ven como figuras autoritarias.
Los adolescentes se preguntan qué pensarán de ellos. Desean sentirse atractivos por lo que cambian su forma de vestir y la adaptan a las modas del círculo de confianza en la que se mueven porque, al contrario de lo que ellos creen, en esta etapa son muy influenciables por los amigos más cercanos.
Es una época en que comienzan a sentirse cautivados por otras personas y a crear modelos basados en las personas por las que se sienten más atraídos.
Pero es también el tiempo de los complejos y de verse inferiores a los demás, de creer que tienen peores padres, viven en peores sitios o no han tenido las mismas oportunidades que sus otros amigos. Eso ocurre porque están en la edad de los complejos causados por la falta de confianza en sí mismos.
Precio del libro y opiniones
Adolescentes, manual de instrucciones es un libro que puedes adquirir en la tienda de Amazon. Su versión para Kindle tiene un precio de 6,64 €, y en tapa blanda de 7,55 €.
En general, los lectores han acogido bien este libro de Fernando Alberca. Para algunos las recomendaciones del autor le han servido para tener otra perspectiva desde la que mirar la relación con sus hijos adolescentes, les ha dado pistas para entender qué es lo que está pasando y les ha sugerido pautas de cómo actuar cuando se presenta un conflicto.
Otros lectores alaban el estilo del autor, su forma de esquematizar los contenidos y la redacción pulcra y accesible a la hora de mostrar los conceptos y fijar los contenidos.
También agradecen el enfoque divertido y desenfadado con que aborda el siempre espinoso trato entre padres e hijos en esa etapa difícil en que se pone a prueba, quizás para siempre, la relación que en el futuro mantengan entre ellos.
Como reza en el título, el manual de Alberca representa para muchos de sus seguidores una guía a la que acudir en tiempos de tormenta adolescente, y una forma de ver el futuro con más optimismo.